divagando

Podría afirmar que fue en los primeros ochenta cuando se emitía una serie muy curiosa en televisión española acerca de un diario en el que su autor, un holandés, contaba sus aventuras mientras recorría España.

No soy capaz de recordar más que al locutor leyendo las páginas de aquel curioso diario mientras se sucedían imágenes de los lugares citados. La cosa tenía aire detectivesco. Era como si el autor del programa quisiera desvelar un gran secreto. No es que el diario fuese un mapa que permitiera encontrar un gran tesoro. Más bien se trataba de conocer al autor del diario a través de sus andanzas y la descripción de sus peripecias, pensamientos y sentimientos.

La idea de contar una historia que gire en torno a un protagonista que no aparece jamás siempre me ha fascinado. Ahí está Rebeca, de Hitchcock. ¿Quién es esa persona? ¿Podemos conocer a una persona tan sólo hilvanando acontecimientos narrados por terceros en un tiempo futuro, o incluso en un espacio diferente?

Encuentro el primer asunto de importancia en este discurso: la diferencia entre mi autopercepción y la imagen que de mí se forman los otros. Sin embargo no es ahí a donde quiero llegar exactamente. Es a la importancia del recuerdo en nuestra vida.

"El hombre sin memoria es como un barco fantasma", leo por ahí. ¿Sería éste un buen vínculo entre la leyenda del barco maldito de el Holandés Herrante y la importancia del recuerdo?

Seguramente no pero husmeando por la Red he caído en algunos blogs curiosos entre los que destaco a "Rara Avis" (http://rara-avisblog.blogspot.com/).

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