Al hilo de la reflexión sobre el sentido de la vida, sobre el pesimismo y el optimismo que traía con La sombra del ciprés es alargada, El Camino nos lleva al momento en que un niño de pueblo tiene que dejar atrás su infancia para "progresar" y reflexiona sobre lo que el cura enseña:
La felicidad [...] no está, en realidad, en lo más alto, en lo más grande, en lo más apetitoso, en lo más excelso; está en acomodar nuestros pasos al camino que el Señor nos ha señalado en la Tierra. Aunque sea humilde.... así que, en conclusión:
[...] cada cual tenía un camino marcado en la vida y que se podía renegar de él por ambición o sensualidad, de forma que un mendigo podía ser más rico que un millonario en su palacio, cargado de mármoles y criados.Al igual que a todos los personajes que van desfilando por la novela al protagonista le pasa que se encuentra con un camino que tiene que seguir a la fuerza; un camino en la vida que le imponen otros con más autoridad. ¿Cuál es el poder de la voluntad, entonces?
Al recordar esto, Daniel, el Mochuelo, pensó que él renunciaba a su camino por la ambición de su padre.
En La sombra del ciprés es alargada teníamos al niño que crece educado en el pesimismo y que, guiado por el mismo, crece en el convencimiento de que lo mejor es aislarse del mundo y evitar así estímulos que alteren una vida anodina para evitar el sufrimiento innecesario. Aquí encontramos al niño que se ha de enfrentar a la vida. Y la vida consiste en fuerzas que nos conducen por caminos y a las que tenemos que resistirnos para poder seguir nuestro propio camino.
El problema es, entonces, que:
El poder de decisión le llega al hombre cuando ya no le hace falta para nada; cuando ni un solo día puede dejar de guiar un carro o picar piedra si no quiere quedarse sin comer. ¿Para qué valía, entonces, la capacidad de decisión de un hombre, si puede saberse? La vida era el peor tirano conocido.Uno tiene que tomar decisiones sobre su propia vida desde muy pronto sin dar nada por hecho y sin pensar que todo es baladí porque, en fin, todos moriremos tarde o temprano.
1 comentarios:
Si lo miras con perspectiva, nuestra vida individual es tan insignificante, que a veces pinesas que no merece la pena tanto esfuerzo y tanto desasosiego por no conseguir las metas queridas.
pero no deja de ser "una tirita" que nos ponemos para intentar no sentirnos fracasados.
Tomamos decisiones que influirán en nuestro camino, pero la verdad es que muchas veces, parte importante de esas decisiones vienen marcadas por otros, por las circustancias, etc. nunca son decisiones completamente nuestras.
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