La Biblioteca ideal

Georges Dumézil en su despacho privado
No he podido evitar publicar esta foto.

Si algún ideal tengo sobre lo que debería ser mi biblioteca privada esta imagen lo expresa mejor que nada.

En los últimos días me estoy planteando de modo recurrente la misma pregunta acerca del verdadero sentido de esta bitácora, que sigo manteniendo en privado. La pregunta golpea la puerta de mi cabeza con insistencia hasta que he tenido que admitir que debía dejarla entrar para que airease la biblioteca del polvo acumulado sobre los libros y legajos de papel.

Lo que me forzó fue el descubrimiento del blog "El Sentido de la Vida (ESDLV)". Mi bitácora se parece mucho al despacho de Georges Duzémil: cerrada, inaccesible a los otros (¿quién podría encontrar algo en ese desorden?). Y esto es dramático porque un blog, en definitiva, debe ser un espacio en el que uno vuelca sus pensamientos y experiencias para que el mayor número de personas participe aportando sus comentarios y generando así todo tipo de conversaciones. Si no promociono mi diario cada vez que participo en un foro o, simplemente, cada vez que tengo ocasión, ¿cómo diablos pretendo que la gente acceda a estas páginas y participe?

Este blog me parece muy poco representativo de lo que yo realmente quisiera hacer. Si hay algo que ilustre las dificultades de mantener un diario en Internet nada mejor que mis sentimientos en este momento.

Leyendo las divertidas y muy bien contadas historias de ESDLV compruebo que yo debería liberarme de ciertas ataduras a la hora de escribir aquí. Relajarme, en una palabra.

Ya veremos de lo que soy capaz. Por el momento, este blog me está ayudando a conservar de modo ordenado y siempre disponible las citas de los libros que voy leyendo y alguna reflexión. Esto, en sí, es muy positivo.

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